En 1821, año siguiente a la proclamación de la independencia, salía en Guayaquil El Patriota, que inauguró una época del periodismo ecuatoriano. Pronto le siguieron El Republicano del Sur y El Pensador Quiteño, en la ciudad de Quito, y el Padre Vicente Solano, junto con Francisco Tamariz crearon los primeros periódicos de Cuenca.
Tras la desmembración de Gran Colombia, dos tendencias se disputan el control del país desde un principio: los conservadores y los liberales. En torno a ellas se halla inmersa la prensa de gran parte del s. XIX. En 1833 los liberales publican El Quiteño Libre, que alcanza gran popularidad y obtiene numerosos suscriptores, a pesar de mantenerse en la oposición. Para contrarrestar su éxito se fundan El Investigador, en Cuenca; El Amigo del Orden, en Quito, y El Nueve de Octubre, en Guayaquil. Al mismo tiempo, el clero de Azuay funda Semanario Eclesiástico en 1835.Durante estas violentas luchas políticas, los gobernantes de turno crean sus propios portavoces y sofocan las publicaciones de la oposición. De 1833 a 1838 se publica en Guayaquil El Ecuatoriano de Guayas, que ayuda al primer presidente de la República, el general Juan José Flores, en su lucha contra Vicente Rocafuerte; tras la reconciliación de los dos adversarios y la elección de Rocafuerte para la presidencia (1835-39), el periódico cambia de política. Cuando Flores vuelve al poder (1839-45), Antonio José Irisarri, periodista que había escrito en Chile, en Londres y Guatemala, funda La Verdad desnuda, defensor del nuevo régimen. En octubre de 1839 crea La Balanza, semanario que se calificaba a sí mismo de independiente, que buscaba evitar toda lucha de partidos y veía las cosas «con ojos de filósofo». En realidad, estaba subvencionado por el régimen y luchaba contra el poder de la Iglesia. En 1844, cierra La Balanza y se traslada a Quito para fundar La Concordia. Entre los conservadores existe la prensa apasionada del más tarde presidente Gabriel García Moreno. En 1845 funda El Zurriago, que combate al presidente Vicente R. Roca. Con una nueva revista, El Vengador, lucha después contra el intento de invasión del general Flores y causa su perdición.
En 1851 combate, con La Nación, las arbitrariedades del general José M. Urbina. Finalmente, es desterrado y huye al Perú para evitar su ejecución. Tras el cambio de Gobierno y de una amnistía general, vuelve Moreno a Quito, donde llega a ser alcalde y rector de la universidad. Funda, por fin, La Unión Nacional, de tendencia conservadora, con cuya ayuda consigue la mayoría del Congreso y es elegido presidente del Ecuador para 1861-65. Después de un segundo periodo en la presidencia (1869-75) es asesinado.Es característico el cambio rapidísimo de periódicos: El Espectador se funda en 1855 en oposición al régimen de José M. Urbina, pero al poco tiempo es suspendido y prohibido. En 1878 aparece El Heraldo, contrario a Ignacio de Veintenilla, pero después de su número 14 su imprenta es asaltada y sus redactores huyen al Perú. Lo mismo le ocurre a El Imparcial (fundado en 1878) a los seis meses de su aparición. El de mayor duración es La Nación, que abre una nueva etapa de la provincia ecuatoriana. Fundado el 1 marzo 1879, sale tres veces por semana y es el primer periódico vendido por la calle. El 3 enero 1881 empieza a publicarse diariamente. Se limita exclusivamente a informar, evitando inmiscuirse en la política del país. Se destaca por sus informaciones culturales y de política extranjera, que lo coloca entre los mejores periódicos que ha tenido jamás el país. Pero esta postura de neutralidad se ve cortada con la prohibición y suspensión entre el 29 marzo 1900 y 10 julio 1901. Durante los años siguientes lucha contra la dictadura del general Eloy Alfaro, hasta que el 17 de septiembre es invadida su imprenta, destruidas sus instalaciones, a consecuencia de su dura crítica al régimen y La Nación desaparece.
FUENTE: Alfredo Albuja Galindo, “El Periodismo en la Dialéctica en la Política Ecuatoriana”, tall-graf, "minerva", 1979, Quito- Ecuador, biblioteca “Aurelio Espinosa Pólit”.
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